jueves, 27 de noviembre de 2014
Vivir para contarlo
Vivir para contarlo. O contarlo y seguir viviendo, que últimamente se ha convertido en un reto, un desafío, porque te enfrentas a lo más bajo, a la mezquindad inculcada por demagogos durante años en todas aquellas personas que, bien por ignorancia o por encontrarse en una situación desesperada, les siguen cual rebaño de ovejas. Y ojo, no les culpo, son víctimas de un sistema nefasto, no hay que ser un especialista en el tema para darse cuenta, pero no por ello van a dejar de formar parte de su producto, fruto de los complejos de los acomplejados y de los `terroristas´ políticos que, pese a ser inexplicable, mantenemos todos. Como es de suponer hablo de estos progresistas que más que progreso lo que quieren es retrasarnos a todos a la época del hombre de la caverna, donde todos éramos iguales, iguales de tontos, y el medio es la ofensiva, el ataque sin medida y sin aceptar el error, el tirar pa´lante arrollando lo que quede en medio del camino.
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