En ocasiones nos incomoda y no nos gusta que la gente se entrometa en nuestros asuntos,pero tampoco es deseable que la gente te trate de forma indiferente.
Las personas somos susceptibles,y ahí entra en juego el orgullo.Muchas veces ,las personas se crean una alambrada a su alrededor llena de púas,para luego quejare de que nadie se interesa por él,y acabar de forma 'hermitaña' y con cierta soledad.
Entonces, ¿nos debemos de meter en la vida de los demás?. En mi opinión,esto depende del amor que sintamos hacia esa persona, y del 'derecho' que tengamos a inmiscuirnos en su vida, y si a pesar de todo lo que esta presona haya hecho para rehuir de los demás,se haya conseguido llegar a su corazón,bien sea levantando una esquinita de la valla protectora o porque nos hayamos colado saltándola,descubriremos un estúpido orgullo que ha estado 'protegiendo' a esa persona de los demás.
Pero llegados a este punto,no siempre es así,ya que una cosa es criticar,malmeter o cuestionar las decisiones de la persona,y otra bien distinta es hacer ver, con respeto,alguna circunstancia de la que la persona ha podido percatarse quizás,el típico de que los árboles no te dejan ver el bosque.
Así que al meternos en la vida de una persona,antes debemos pensar,razonar, y no cuestionar siempre a la persona por lo que pueda pensar o hacer,ya que lo que debemos hacer,es ayudarle,y no empeorar la situación, ya que tu 'verdad',para él tal vez no sea 'la verdad',ya que la 'verdad' es algo subjetivo,que al fin y al cabo consiste en una opinión común. En mi opinión, la verdad muy pocas veces existe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario